Unión Evangélica de la Argentina


Doctrina


Creemos en la inspiración divina y verbal de las Sagradas Escrituras en todas sus partes siendo ésta perfecta en sus escritos originales, y constituyendo la autoridad suprema para nuestra fe y conducta.

Creemos en un solo Dios eterno, manifestado en tres personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, iguales en su naturaleza, atributos y perfecciones, y dignos de adoración, confianza y obediencia.

Creemos que Jesucristo fue engendrado por el Espíritu Santo, nació de la virgen María y es verdaderamente Dios y Hombre.

Creemos que el hombre fue creado a la imagen de Dios, pecó y así fue alcanzado por la muerte física y espiritual, que es la separación de Dios; que, desde aquel entonces, todos los seres humanos nacen con una naturaleza pecaminosa, por lo cual, adquiriendo la responsabilidad moral, se constituyen pecadores en pensamiento, palabras y hechos, siéndoles imposible salvarse por sus propios esfuerzos.

Creemos que el Señor Jesucristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras, y todos los que creen en él están justificados por los méritos de su sangre derramada, único remedio frente al pecado.

Creemos que todos los que reciben por fe al Señor Jesucristo nacen de nuevo mediante la obra del Espíritu Santo y, de esta manera, son hechos hijos de Dios, herederos y coherederos con Cristo, y participantes de la vida eterna.

Creemos que el Espíritu Santo es una persona y no simplemente una influencia o emanación divina; redarguye al pecador mostrando su condición delante de Dios, regenera al corazón arrepentido, consuela al creyente en sus tribulaciones, reviste de poder a los mensajeros de Dios y capacita a la iglesia con Dones y Ministerios, equipándole para el testimonio y servicio.

Creemos en la santificación, obra que efectúa el Espíritu Santo en el creyente, por la cual somos hechos participantes de la santidad de Dios, cuyo fruto se exterioriza en rectitud de vida y su finalidad es la transformación del ser entero a la imagen de Jesucristo.

Creemos en la resurrección del cuerpo crucificado del Señor Jesús, en su ascensión al cielo, y en su actual permanencia allí, donde intercede a favor de los creyentes como Sumo Sacerdote y Abogado.

Creemos en la segunda venida personal e inminente de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo, cuyo objetivo inmediato será el arrebatamiento de la iglesia en las nubes, y el establecimiento de un reino de justicia y de paz.

Creemos en la resurrección corporal de justos e injustos, en la bienaventuranza de los salvados, y el castigo eterno de los perdidos.

Creemos en el bautismo en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo, acto solemne que evidencia el arrepentimiento del pecador hacia Dios y su fe en el Señor Jesucristo como el salvador crucificado, sepultado y resucitado; acto que simboliza la muerte del creyente al pecado y su resurrección a una nueva vida y, hace visible su entrada a la iglesia local.

Creemos que la cena del Señor fue instituida por Cristo para conmemorar su muerte; que el pan y el vino simbolizan su cuerpo y su sangre, y que es deber de los creyentes participar de ellos, demostrando así su fe en los méritos del sacrificio de Cristo, y su esperanza en la vida eterna.

Reseña Histórica

En el año 1910 se celebra en Edimburgo, Escocia, la primera conferencia mundial de misiones. Allí se habla de la necesidad del campo misionero mundial y se promueve por primera vez la cooperación misionera para cumplir la Gran Comisión.

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